Gemita Reyes Garcia; Maestria en Psicologia Infantojuvenil

Divorcio y crianza

En la etapa de divorcio o separación, es esencial que los padres comprendan y aborden los desafíos emocionales que enfrentan los adolescentes. Esta transición puede ser abrumadora para los jóvenes, ya que deben adaptarse a cambios significativos en su vida familiar y lidiar con la ruptura de la unidad familiar que han conocido. Los adolescentes pueden experimentar una amplia gama de emociones, como tristeza, enojo, confusión y ansiedad, mientras intentan procesar la separación de sus padres y adaptarse a una nueva dinámica familiar.

La mejor manera de abordar esta etapa es fomentar la comunicación abierta y honesta entre padres e hijos. Los adolescentes necesitan sentir que tienen un espacio seguro para expresar sus sentimientos y preocupaciones sin temor a ser juzgados o culpados. Los padres deben estar dispuestos a escuchar activamente a sus hijos y validar sus emociones, brindándoles apoyo emocional y tranquilidad durante este período difícil.

Es importante que los padres se mantengan unidos en su enfoque de criar a sus hijos, a pesar de la separación. Esto significa que deben colaborar en la toma de decisiones importantes relacionadas con la crianza de los hijos y mantener una comunicación clara y efectiva sobre asuntos como la custodia, la programación de visitas y la educación de los hijos. La cooperación entre los padres puede ayudar a reducir el estrés y la confusión para los adolescentes, proporcionándoles un sentido de estabilidad y seguridad en medio del cambio.

Además, los padres deben ser conscientes de cómo sus acciones y comportamientos afectan a sus hijos durante este período. Es fundamental que los padres eviten hablar mal el uno del otro frente a los hijos y se abstengan de utilizar a los adolescentes como mensajeros o intermediarios en sus disputas. Los adolescentes no deben sentirse presionados para tomar partido o asumir responsabilidades que están más allá de su capacidad emocional.

Los padres también pueden ayudar a sus hijos a manejar el proceso de separación al proporcionarles recursos y apoyo adicional según sea necesario. Esto puede incluir buscar la orientación de un terapeuta familiar o un consejero escolar para ayudar a los adolescentes a procesar sus emociones y desarrollar estrategias de afrontamiento saludables. Los padres también pueden alentar a sus hijos a mantenerse conectados con amigos y actividades que disfruten como una forma de distraerse y mantener un sentido de normalidad durante este tiempo de cambio.

En última instancia, los padres deben recordar que su objetivo principal durante el divorcio o la separación es proteger el bienestar emocional y psicológico de sus hijos. Al trabajar juntos de manera colaborativa y compasiva, los padres pueden ayudar a sus adolescentes a navegar por esta etapa desafiante y facilitar su ajuste a una nueva realidad familiar.

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